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Hay dos tipos de fermentación: Alcohólica y Maloláctica.

 

La fermentación alcohólica es el proceso por el que el azúcar que contiene la uva se transforma en alcohol. Durante la fermentación la levadura interactúa con los azucares del mosto para crear etanol y dióxido de carbono. Tarda entre 5 y 14 días en terminarse.

 

La fermentación maloláctica consiste en la tranformación del ácido málico en ácido láctico por medio de bacterias que de forma natural se encuentran en la propia uva. Esta fermentación sirve para reducir el ácido del vino para aportar una sensación mas agradable en la boca y para evitar posteriores problemas de fermentaciones indeseables.

La duración es muy variable normalmente se desarrolla en una o dos semanas.

 

En todo el proceso las temperaturas se deben mantener muy controladas.

Durante la fermentación de vinos tintos se debe realizar lo que se denominan remontados. Remontar el vino es un proceso por el que el líquido que se encuentra en el fondo de los depósitos se sube para que tome contacto con las partes sólidas, que flotan en la parte alta del depósito formando lo que se denomina el sombrero. Con este proceso se asegura la extracción correcta de color durante todo el proceso.

En esta foto podemos ver nuestro vino durante el proceso de fermentación.

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